Esta noche estás especialmente bella. De nuevo me habéis relegado a un segundo plano. Hay noches como esta en las que pienso que ella me encontró preso en una lámpara y desde ese día tengo la obligación de saciar todos sus caprichos, de hacer realidad sus fantasías por encima de las mías. Nos estamos acostumbrando a ti, ella más que yo; a ti, que vienes siempre que le apeteces y que disfrutas tanto o más que ella de ese juego que os traéis…
Sueño las noches que no vienes con ese momento mágico y cruel, cuando ella desaparece tras tu cortina celosa de melena morena. Ese momento en el que nos quedamos a solas tú y yo. Y es entonces, en la intimidad, cuando me sobras y soy capaz de decirte lo que siento poniéndote a salvo, y susurrarte… “no te enamores”.
4 Comments
Es mejor no agitar la lámpara. Los genios aparentes rara vez lo son, y nunca cumplen su palabra.
Besos
Hay mucho genio falso por ahí, sí que es cierto, mejor no nos arriesgamos…
Besos
Me gusta mucho Ana.
Gracias Javi… Entras muy de vez en cuando por aquí, pero me encantan tus visitas.
Muchas gracias amigo!
Besicos