No estoy seguro de desear que se largue, pero para verla así casi prefiero que lo haga. Dice que va a tomar café con una amiga, y seguro que se va a casa, con él. Con él que la quiere y que se casó con ella porque le gustaba como olía y deseaba estar junto a ella como ahora acabo de estar yo. Huele a frito rancio, ya está la del segundo cocinando, en esa casa no paran de comer… Ahora que ella se va, me acuerdo de ti. Si no te hubieras ido Sam… Eres tan guapa, y tan fiel, pensar que te quedaste una noche entera conmigo; fuiste un sueño en mi realidad, pasaste una noche a mi lado porque quisiste, y fuiste un regalo de esos que la vida te da una vez, y ahora mi castigo es verte, verte y saber que no existo. Pude acariciar tu piel entera, toda tu piel fue mía una noche Sam, y yo era tan feliz. Si no me hubieras visto con ellas, con ellas que ahora me dejan por otros. Desde ese día sólo estoy con ellas, te guardo el hueco, no dejo que se queden por la noche; aunque nunca quieren quedarse; y la verdad es que me muero de ganas de que alguna lo haga. Pero, ¿y si te da por venir? Quiero que lo encuentres todo en su sitio. No les gusta mi música, no quieren escuchar jazz, no aprecian los ruidos que a ti y a mí nos transportaron… Vete ya, ahora me molestas, estoy pensando en Sam.
Ha movido la silla para recoger su falda, tendré que volver a colocarla en su sitio para que no notes nada. Estás tan guapa ahí sentada viendo una película con la tele apagada… Tienes cara de sueño. Sí, adiós, no me molestes. Esta habitación huele a viejo, a algo sucio, a lujuria, a sexo sin ti; si vuelves ahora no me encontrarás en casa, y si llamas, si llamas porque te ha sucedido algo… no me perdonaría no haber estado. Hace dos semanas aun tenía teléfono, pero ahora, ¿si llamas y ves que no hay nadie? Podría pagarlo de nuevo. Podría cobrarles a ellas, o mejor que me paguen ellos por saciarlas. Era tan de verdad Sam, era tan real todo lo que vivimos y ahora me molesta que se largue con su marido y me deje a mí con todo así, con olor a ella y sin tu olor Sam. Hace tanto de lo nuestro
que ya nada huele a ti. Empiezo a dudar que de verdad pasaras aquí una noche conmigo, tú, con alguien como yo. Eché tu perfume por todo, pero sale caro, aunque no tanto como el teléfono. Vienen a dormir sólo dos o tres veces al mes, cuando discuten y me dicen que vienen porque me quieren y a él le quieren también. Cómo pueden ellas pasar por aquí así, moviendo tus cosas de sitio. La última rompió un vaso, sí, de aquellos que compramos en aquel viaje que hicimos juntos, aquel viaje a la tienda esa nueva que abrieron aquí cerca; y yo que te hubiera llevado a todos los sitios… Tranquila que le dije que comprara uno igual. Puede que vuelva con el vaso alguno de estos días. Y si no bajaré a buscarla, seguro que me la cruzo por ahí en la calle y quiere subir de nuevo, aunque cada día tiene unos ojos diferentes, no como tú que todos los días tienes los mismos, y cada día huele diferente y camina diferente, me mareo…
Huele a madera, y a queso, este bar siempre huele así. Ahí está, ya la veo, seguro que hoy viene a dormir a casa, tiene los ojos diferentes esta noche, y huele diferente, pero vendrá a casa conmigo. Cuando se largue puede que regreses, así que mejor que no se quede a dormir; no vaya a ser que te enfades y tenga que quedarme con sus ojos para siempre, no me gustan, no tanto como los tuyos.
2 Comments
Llevo un rato pensando algo trascendente que decir para que luego no digas que me lo tomo a chufla… Y esto es lo que me ha salido: ya lo dijo Ingrid Bergman, que era muy sabia la tía: «tócamela otra vez, Sam».
Besos
… Muy trascendental… Una muy buena síntesis, amigo .. Sonrío.
Gracias mil!!!
Y besos muchos!!