Una carta de amor no debería incluir un final triste; ni siquiera feliz. No debería poseer un “siempre juntos”; ni debería rezar un “nunca sin ti”…
Hoy me apetece…
Una carta de amor, que reparta las cartas para una partida sin fin.
Observadora incansable de almas y un poco vampira de sueños... Diseñadora de moda y estilista por accidente, escritora vocacional y traviesa profesional...